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Vivimos en una era donde la tecnología avanza a un ritmo vertiginoso, y con ella, también lo hacen los riesgos. Hoy más que nunca, suplantar la identidad de una persona en tiempo real es tan fácil como alarmante. No hablamos de un escenario futurista ni de ciencia ficción: ya es posible generar una copia hiperrealista de cualquier rostro usando apenas unas pocas fotos.
Gracias a la inteligencia artificial generativa, cualquier usuario con acceso a ciertas plataformas puede crear un video o audio en el que una persona parece decir o hacer algo que nunca ocurrió. Estas técnicas, conocidas como deepfakes, ya no son herramientas exclusivas de laboratorios de investigación. Hoy están al alcance del público general, incluso con interfaces fáciles de usar y gratuitas.
Las aplicaciones maliciosas de los deepfakes ya son una realidad tangible. Desde falsificaciones con fines sexuales hasta fraudes financieros, chantajes y manipulaciones políticas, los riesgos se han multiplicado.
Y lo más preocupante: el ojo humano no puede detectar la diferencia. Lo que ves en pantalla parece completamente real.
Numerosos casos documentados a nivel internacional han puesto de manifiesto cómo estas tecnologías están siendo usadas para difundir contenido no consensuado, manipular discursos de figuras públicas, o estafar a empresas y personas corrientes.
Es fundamental educar a familias, menores y adolescentes sobre los riesgos de compartir imágenes personales en entornos digitales. Cada foto que subimos deja una huella digital. Esa huella puede ser utilizada, manipulada o robada.
Evitemos la publicación indiscriminada de imágenes, especialmente de menores. Privacidad y configuración de perfiles deben ser temas prioritarios en el uso de redes sociales.
Los centros educativos, entidades públicas y privadas deben asumir un rol activo en la formación en ciberseguridad y privacidad digital. Esta formación debe ser tan básica como aprender matemáticas o lengua.
Antes de compartir una imagen, pregúntate: ¿Es necesario? ¿Estoy protegiendo mi privacidad?
No se trata de vivir con miedo, sino de vivir con consciencia. En la era de la inteligencia artificial, el mayor escudo que tenemos es el conocimiento.
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